Los parásitos más comunes en perros incluyen tanto parásitos internos como externos. Algunos de ellos son:
- Parásitos internos:
- Lombrices intestinales (Nematodos):
- Toxocara canis (ascaridiasis)
- Ancylostoma caninum (uncinariasis)
- Trichuris vulpis (tricuriasis)
- Cestodos (tenias):
- Dipylidium caninum (tenia del perro)
- Taenia spp.
- Echinococcus granulosus (hidatidosis)
- Protozoos:
- Giardia spp. (giardiasis)
- Coccidios (coccidiosis)
- Toxoplasma gondii (toxoplasmosis)
- Lombrices intestinales (Nematodos):
- Parásitos externos:
- Pulgas:
- Ctenocephalides felis (pulga del gato)
- Ctenocephalides canis (pulga del perro)
- Garrapatas:
- Rhipicephalus sanguineus (garrapata marrón del perro)
- Ixodes spp. (garrapata de patas negras)
- Ácaros:
- Demodex canis (ácaro de la sarna demodécica)
- Sarcoptes scabiei (ácaro de la sarna sarcóptica)
- Otodectes cynotis (ácaro del oído)
- Mosquitos:
- Aedes spp.
- Culex spp.
- Pulgas:
Estos parásitos pueden causar diversas enfermedades en los perros y algunos pueden ser transmitidos a los seres humanos, por lo que es importante mantener a nuestras mascotas protegidas y llevarlas regularmente al veterinario para garantizar su salud y bienestar.
Parásitos internos
Nematodos:
Los nematodos, o lombrices intestinales, son parásitos internos comunes en perros (parásitos en forma de granos de arroz). Entre ellos, destacan Toxocara canis (ascaridiasis), Ancylostoma caninum (uncinariasis) y Trichuris vulpis (tricuriasis). Los perros pueden contraer nematodos al ingerir huevos o larvas presentes en el suelo, agua, alimentos contaminados o en hospedadores intermediarios, como roedores o insectos. La transmisión también puede ocurrir en útero o a través de la leche materna en el caso de T. canis.
La prevención de infecciones por nematodos en perros se basa en la administración regular de antihelmínticos, como pamoato de pirantel, febantel, mebendazol o fenbendazol. Es importante seguir un programa de desparasitación adecuado, comenzando desde las primeras semanas de vida y continuando durante toda la vida del perro, siguiendo las recomendaciones del veterinario. Además, es fundamental mantener una buena higiene en el entorno del perro, limpiar y desinfectar las áreas de descanso, recoger y desechar las heces rápidamente y evitar el acceso del perro a fuentes de agua o alimentos contaminados.
Cestodos:
Los cestodos, o tenias, son parásitos planos y largos que afectan a los perros, como Dipylidium caninum, Taenia spp. y Echinococcus granulosus. Los perros se infectan al ingerir hospedadores intermediarios infectados con larvas de cestodos, como pulgas (D. caninum) o roedores y ungulados (Taenia spp. y E. granulosus).
La prevención de infecciones por cestodos en perros se basa en la administración periódica de antihelmínticos específicos, como praziquantel, epsiprantel o niclosamida. Además, es esencial mantener un control efectivo de pulgas y evitar que el perro cace o consuma presas infectadas, como roedores o vísceras de animales. Para ello, se deben adoptar medidas como el uso de productos antipulgas y la supervisión del perro durante los paseos al aire libre.
Protozoos:
Los protozoos son parásitos unicelulares que pueden causar enfermedades en perros, como Giardia spp. (giardiasis), coccidios (coccidiosis) y Toxoplasma gondii (toxoplasmosis). Los perros pueden infectarse al ingerir ooquistes presentes en el suelo, agua, alimentos contaminados o en hospedadores intermediarios, como roedores.
La prevención de infecciones por protozoos en perros implica mantener una higiene adecuada en el entorno del animal, limpiar y desinfectar las áreas de descanso y los objetos personales del perro, recoger y desechar las heces rápidamente y evitar el acceso del perro a fuentes de agua o alimentos contaminados. En el caso de la giardiasis y la coccidiosis, la administración de antiprotozoarios, como metronidazol, fenbendazol o toltrazuril, puede ser útil en la prevención y tratamiento de las infecciones. Para la toxoplasmosis, es fundamental evitar que el perro cace roedores o consuma carne cruda o poco cocida.
Además, es importante seguir un programa de vacunación y desparasitación adecuado, así como realizar controles veterinarios periódicos para detectar tempranamente infecciones por protozoos y tratarlas de manera oportuna. En áreas endémicas o en situaciones de brotes de enfermedades protozoarias, se pueden implementar medidas adicionales, como la vacunación contra la giardiasis o la leishmaniosis, y la administración de medicamentos preventivos.
En resumen, la prevención de infecciones por parásitos internos en perros requiere un enfoque integrado que incluya la administración regular de antihelmínticos y antiprotozoarios, el control de hospedadores intermediarios, la adopción de medidas higiénicas adecuadas y la vigilancia veterinaria periódica. Estas acciones pueden contribuir a mantener la salud y el bienestar de los perros y reducir el riesgo de transmisión de parásitos a los seres humanos.
Parásitos externos
Pulgas:
Las pulgas son ectoparásitos hematofágicos que afectan a perros y otros mamíferos. Ctenocephalides felis y Ctenocephalides canis son las especies más prevalentes en perros. La infestación por pulgas puede ocurrir a través del contacto directo con un animal infestado o mediante un ambiente contaminado con huevos, larvas o pupas. Los huevos de las pulgas pueden ser diseminados en áreas donde los animales infestados frecuentan, como camas, alfombras y áreas de descanso.
La prevención de la infestación por pulgas en perros se basa en un enfoque multifactorial. Es esencial utilizar productos antiparasitarios efectivos de acción prolongada, ya sean tópicos o sistémicos, como fipronil, imidacloprid, selamectina o nitenpyram. Además, es importante mantener un adecuado control ambiental, limpiando y desinfectando las áreas donde el perro descansa y elimine regularmente los residuos orgánicos. En entornos con alta prevalencia de infestaciones por pulgas, se pueden aplicar tratamientos insecticidas en el ambiente para reducir la carga de parásitos.
Garrapatas:
Las garrapatas son ectoparásitos que se alimentan de la sangre de sus hospedadores, incluyendo perros, otros animales y seres humanos. Las especies más comunes que afectan a los perros son Rhipicephalus sanguineus e Ixodes spp. Los perros pueden contraer garrapatas al caminar o descansar en áreas donde estas se encuentran, como pastizales, bosques o matorrales. Las garrapatas pueden transmitir diversas enfermedades, como la ehrlichiosis, la enfermedad de Lyme y la anaplasmosis.
La prevención de infestaciones por garrapatas en perros implica el uso de productos antiparasitarios específicos, como collares impregnados con amitraz, permetrina o deltametrina, o tratamientos tópicos o sistémicos, como fluralaner, afoxolaner o sarolaner. Es fundamental examinar regularmente a los perros para detectar y retirar garrapatas después de pasear en áreas de riesgo, utilizando pinzas finas y guantes. También es recomendable mantener controlada la vegetación en el entorno del perro y evitar que deambule en zonas con alta densidad de garrapatas.
Ácaros:
Los ácaros son ectoparásitos microscópicos que pueden causar diversas enfermedades en perros, como la sarna demodécica (Demodex canis), la sarna sarcóptica (Sarcoptes scabiei) y la otitis por ácaros del oído (Otodectes cynotis). La transmisión de los ácaros puede ocurrir por contacto directo con animales infectados o por contacto con objetos contaminados. La sarna demodécica suele ser más prevalente en animales inmunocomprometidos, mientras que la sarna sarcóptica y la otitis por ácaros del oído pueden afectar a perros de cualquier edad y condición.
La prevención de enfermedades causadas por ácaros en perros requiere un enfoque preventivo basado en el fortalecimiento del sistema inmunológico y la adopción de medidas higiénicas. Mantener una buena alimentación y cuidar el bienestar emocional del perro son factores clave para mantener un sistema inmunológico fuerte. Además, es esencial evitar el contacto con animales infestados y limpiar regularmente las áreas de descanso y objetos personales del perro.
El uso de tratamientos antiparasitarios de amplio espectro, como ivermectina, selamectina, moxidectina o milbemicina oxima, puede ayudar a prevenir la aparición de sarna sarcóptica y otitis por ácaros del oído. En el caso de la sarna demodécica, el control preventivo es más difícil, ya que los ácaros Demodex canis pueden estar presentes en la piel de perros sanos en pequeñas cantidades. Sin embargo, la detección temprana y el manejo adecuado de los factores predisponentes, como enfermedades subyacentes o estrés, pueden reducir el riesgo de infestaciones severas.
Mosquitos:
Los mosquitos son vectores de enfermedades en perros, como la dirofilariosis o enfermedad del gusano del corazón (Dirofilaria immitis) y la leishmaniosis (Leishmania infantum). Los perros pueden ser picados por mosquitos infectados en áreas endémicas, especialmente durante las estaciones cálidas y húmedas, cuando la actividad de los mosquitos es mayor. Aedes spp. y Culex spp. son los géneros de mosquitos más comunes implicados en la transmisión de enfermedades en perros.
La prevención de enfermedades transmitidas por mosquitos en perros implica el uso de productos repelentes y la administración de tratamientos preventivos. Los repelentes a base de permetrina, piretroides o aceites esenciales pueden ser aplicados en la piel o en collares para reducir la exposición a picaduras de mosquitos. Además, la administración regular de preventivos antiparasitarios, como ivermectina, milbemicina oxima o moxidectina, puede proteger a los perros de la dirofilariosis. En el caso de la leishmaniosis, la vacunación y el uso de collares impregnados con deltametrina pueden reducir el riesgo de infección. También es importante minimizar la exposición de los perros a los mosquitos, evitando actividades al aire libre en horas pico de actividad de mosquitos y utilizando mosquiteros en las ventanas.